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Colombia

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El secreto de Sofía Gómez Uribe, la colombiana que rompió el récord mundial de apnea

Por Paula Bravo Medina

(CNN Español) -- La única mujer en el mundo que ha descendido 84 metros de profundidad en el mar aguantando su respiración y nadando con aletas nació en Pereira, Colombia, a cientos de kilómetros de la costa. ¿Cuál es su receta del éxito?

Es ingeniera civil, tiene 25 años y este 7 de julio llenó de orgullo a su país cuando rompió una marca mundial de apnea en peso constante con bialetas.

A Sofía Gómez Uribe le tomó 2:45 segundos sumergirse a esa profundidad y emerger triunfante y sonriente, algo que siempre la caracteriza.

"Antes me daba mucha rabia que me preguntaran qué siento cuando desafío la muerte cada vez que me sumerjo en el mar", afirma batiendo una torta que preparó para CNN en Español en la entrevista más particular que ha dado desde que rompió el récord en su deporte particular: quiso cocinar un pastel de chocolate vegano.

Tiene el pelo recogido en un moño alto y pidió quitarse el maquillaje que traía antes de grabar pues no se sentía como ella misma. Viste un delantal que usó para cocinar y que se negó a quitarse incluso para la entrevista fuera de la cocina.

"Este es un ejemplo que yo uso mucho pero que funciona. Es como un electricista. Yo no le puedo decir al electricista que no haga su trabajo porque se va a electrocutar. Ellos tienen unos protocolos para estar seguros y nosotros también: la cuerda tiene un sistema de contrapeso, tenemos un médico en la plataforma por si algo llega a pasar, tenemos dos apneistas de seguridad que nos acompañan en los últimos 30 metros hacia arriba, los más críticos, y más", explica.

Puede ser un deporte con muchos controles, pero sigue siendo una práctica que va contra el instinto básico del hombre de respirar, ¿no?

Gómez coincide, pero recalca que, claramente, no es imposible.

Sofía Gómez Uribe preparó un pastel vegano para CNN en Español.

Hay varias cosas que pasan en el cuerpo: la presión es muy fuerte, por lo que las vías aéreas se comprimen hasta que los pulmones quedan del tamaño de una naranja, la presión en los oídos es intensa y puede ser dolorosa si el apneista no la compensa –como cuando soplamos aire hacia los oídos tapando la nariz–, la sangre se mueve de los miembros hacia el torso y hay unas contracciones involuntarias del diafragma que ocurren si ha pasado algún tiempo sin respirar. Es la forma del organismo de indicar que necesita aire. Son incómodas y una señal de alerta, dice Gómez, pero igualmente se pueden controlar.

"Natalia Molchanova, la mejor apneista del mundo, decía que lo bonito de la apnea era que no solamente era un deporte sino una manera de conocernos a nosotros mismos. La razón es simple, uno en la profundidad está solo, y tiene que confiar plenamente en lo que está haciendo. Esa soledad, el silencio, cuando hay oscuridad, uno tiene que estar súper confiado en lo que hace y conocerse tan bien que sabe que puede bajar y volver a subir sin ningún problema", afirma Gómez.

El nombre de Molchanova ha vuelto a sonar mucho ahora que la apneista colombiana ha estado en los titulares de los medios. Es un caso trágico del deporte: la rusa de 53 años, campeona del mundo 23 veces y que ostentaba más de 40 récords mundiales, desapareció en las costas de España en agosto de 2015 mientras practicaba con tres personas más.

No se conocen muchos detalles pues sus acompañantes no dieron mayor información salvo que la rusa estaba practicando sin cuerda. Su cuerpo nunca apareció.

Gómez dice que el caso de Molchanova es triste, pero fue un accidente aislado y hay que dejar de estigmatizar el deporte. Como son pocos apneistas en el mundo cualquier noticia de algo desafortunado retumba y suele ser de lo más recordado, apunta.

5 consejos de Sofía Gómez para practicar apnea:

El récord

El miércoles 5 de julio, Gómez Uribe se sumergió en las aguas de Dominica para intentar romper el récord mundial. El lunes ya había intentado alcanzar la marca de 83 metros, pero falló. Los nervios la traicionaron.

Gómez vive en Dominica hace dos años. En la isla caribeña a casi 2.000 kilómetros de donde nació existen las condiciones perfectas para el buceo libre: a cinco minutos de donde vive, la colombiana encuentra bahías de hasta 150 metros de profundidad para entrenar.

En su segundo intento se tomó unos minutos para tranquilizarse y se sumergió elevando en el aire las aletas mientras el resto de su cuerpo desaparecía bajo la superficie.

La primera vez que practicó apnea también lo hizo con aletas. Cuando era una niña, en Pereira, tomaba clases de nado sincronizado. Un día el profesor decidió hacer algo diferente y les dio a sus alumnas unos ejercicios de respiración y luego las alentó a que nadaran tanto como pudieran aguantando la respiración. Gómez salió del agua tras nadar 100 metros.

Al final de la cuerda que se usa para estas marcas mundiales hay varios marcadores de velcro. Los apneistas deben tomar uno y llevarlo a la superficie para que el récord sea válido.

Gómez recuerda que mientras ascendía con el marcador en la mano solo podía pensar una cosa: "Lo logré, me quité un peso de encima", dice divertida.

Al sacar la cabeza del agua todavía le queda un paso por cumplir para que el récord sea aceptado: debe intentar recuperar el aliento y, cuando el juez se lo indique, tocarle la cabeza. Es una forma de saber que está plenamente consciente. El juez dio su veredicto levantando la mano y Gómez sonrió rodeada de su equipo. Además su récord panamericano y suramericano de apnea, Sofía Gómez Uribe sumó una marca mundial.

Dos días después y bajo la lluvia rompió su propio récord y alcanzó 84 metros de profundidad.

Sofía fuera del agua 

Gómez Uribe es auténtica, franca. Dice lo que piensa y no se toma demasiado en serio la vida. Quizás ese sea su secreto. Le encanta Harry Potter, cocinar –sobre todo postres– comer hamburguesas y sushi. Es una ávida tuitera y amante de las redes sociales, donde habla de deportes, medio ambiente, comida, su vida en la isla y casi todo lo demás.

Ama vivir en Dominica y dice que lo que más extraña, además de la familia, es la comida.

Dice, en tono burlón, que lo que la inspira en su deporte es el mar. Luego suelta una carcajada y explica: "Me inspira poder inspirar a otros a cumplir sus sueños".

Su próxima meta es llegar a los 100 metros con monoaleta y quiere subir al podio en el campeonato mundial de agosto en Roatán, Honduras.

Pronto abrirá una escuela de apnea en Dominica junto a su novio y entrenador Jonathan Sunnex. Espera que así más personas puedan descubrir la pasión por el buceo libre y se atrevan no solo a practicar, sino a competir.

Pronto volverá a su adorada isla para entrenar fuertemente para el próximo reto, sumergiéndose como una sirena bajo el agua con la mente puesta en la meta.

¿Qué piensa cuando va nadando hacia la profundidad, sola?

"A veces nada, a veces me repito cosas que quiero tener presentes y a veces me voy cantando, lo que se me ocurra... el otro día me fui cantando un reguetón".

Quizá ese sea su secreto: no importa el reto, no importa la profundidad, Sofía la está pasando bien.