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Donald Trump

Donald Trump

Trump comienza visita de Estado a Gran Bretaña; antes de su llegada hizo pedazos la etiqueta diplomática

Por análisis de Stephen Collinson

Londres (CNN) -- Donald Trump hizo calentamiento para su último viaje al extranjero, a Gran Bretaña, en su más típico estilo: con comentarios que se arriesgaron a insultar a sus anfitriones reales y al lanzarse de lleno en las políticas internas del país.

El presidente de Estados Unidos escribió a una de las integrantes más nuevas de la realeza, la duquesa de Sussex, antes Meghan Markle, como "desagradable" cuando le dijeron que, una vez, la estadounidense lo había calificado de "misógino".

"No sabía que era desagradable", respondió Trump en una entrevista con el periódico "The Sun". Luego, la mañana del domingo, escribió en Twitter: "Nunca llamé a Meghan Markle 'desagradable'".

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y la primera dama Melania Trump aterrizan a las afueras de Londres en el inicio de una visita de Estado a Gran Bretaña.

Y Trump se entrometió en el concurso del Partido Conservador para encontrar un nuevo primer ministro y en el paralizante debate en Gran Bretaña sobre el abandono de la Unión Europea, de una manera que escandalizó a los críticos británicos.

La mayoría de los presidentes harían todo lo posible para evitar temas tan delicados en un momento de extrema tensión política. En el caso de Trump, estos podrían profundizar su ya inmensa impopularidad en Gran Bretaña antes de su llegada este lunes para una visita de tres días, pero acrecentar su reputación global como una influencia impredecible y disruptiva.

Respetar las sutilezas diplomáticas nunca ha sido el estilo de Trump y sus comentarios subrayan el desafío que su visita representa para la "relación especial" entre Estados Unidos y Gran Bretaña.

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Los comentarios incendiarios de Trump se transmitieron en un par de explosivas entrevistas al tabloide "The Sun" y a "The Sunday Times", medios propiedad de Rupert Murdoch, dueño de Fox News. Las entrevistas se dieron mientras Gran Bretaña se prepara con gran pompa para Trump, quien el lunes será el invitado de honor en un banquete de Estado encabezado por la reina Isabel II en el Palacio de Buckingham, diseñado para satisfacer su gusto por la adulación. La primera dama Melania Trump acompañará al presidente.

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El presidente tiene la costumbre de ignorar las sensibilidades políticas y diplomáticas de sus anfitriones durante los viajes al extranjero. Por ejemplo, apenas la semana pasada en Japón, donde fue recibido con suprema adulación y ceremonia real, el presidente dijo que no le habían molestado mucho las pruebas de misiles de Corea del Norte. Sus comentarios no tomaron en cuenta el hecho de que tal comportamiento es visto con alarma y una grave amenaza de seguridad por parte del gobierno en Tokio.

Los comentarios de Trump antes de su viaje a Gran Bretaña también serán un nuevo golpe para la acosada Theresa May, cuyo liderazgo ha sido destruido por su incapacidad para resolver la crisis política provocada por el Brexit.

May activará el viernes el proceso para elegir un nuevo liderazgo del Partido Conservador, con el que comenzará una búsqueda de su sucesor y probablemente terminará con un nuevo primer ministro para fines del verano. El Washington de Trump apoya claramente a un sucesor más abiertamente euroescéptico que May, lo que podría resultar en un socio ideológico más estrechamente alineado con la actual Casa Blanca.

Reino Unido 'tiene que hacerlo'

En la entrevista de The Sunday Times, Trump sugirió que a May le habría ido mejor si ella hubiera adoptado su estilo de negociación en las intrincadas conversaciones para salir de la UE.

Dijo que May debería negarse a pagar los 49 mil millones de dólares que se requieren para el divorcio con la UE si Bruselas no cede a las demandas de Gran Bretaña, y dijo que debería demandar al bloque europeo.

"Tienen que hacerlo", dijo Trump al periódico. "Tienen que cerrar el trato".

Trump también planteó un desafío para los candidatos que luchan por convertirse en primer ministro, y les llamo a que acepten al renegado promotor del brexit Nigel Farage, cuyo partido y su fuerte impacto en las elecciones de la UE representa una amenaza existencial para el Partido Conservador.

"Me gusta mucho Nigel. Tiene mucho que ofrecer", dijo Trump. "Es una persona muy inteligente. No lo van a aceptar. Piensa en el bien que harían si lo dejaran. Aún no lo han entendido".

Farage, a quien Trump llama amigo, es un líder populista y nacionalista a imagen del propio presidente estadounidense. Al igual que Trump, ha sido acusado por los críticos de usar el tema de la inmigración para hacer avanzar en su propio perfil político y crear división.

Trump y su asesor de seguridad nacional, John Bolton, se han mostrado abiertamente partidarios del brexit, dado su desdén por las instituciones internacionales como la UE y los intentos de restaurar la soberanía nacional en lugar de la cooperación multilateral como el componente básico de las relaciones internacionales.

El presidente prometió hacer todo lo posible por un acuerdo comercial entre EE. UU. y Gran Bretaña si este corta los lazos con la UE.

Trump también elogió calurosamente a Boris Johnson, el extravagante exalcalde de Londres que compite por convertirse en primer ministro, en un comentario muy parecido a un respaldo y que fue considerado por sus críticos como una intromisión en la política interna de Gran Bretaña.

Johnson "haría un muy buen trabajo, sería excelente", dijo Trump, citado por el diario.

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El líder del opositor Partido Laborista, Jeremy Corbyn, quien quiere forzar una elección general para sacar a los conservadores, se opuso a los comentarios de Trump.

"El intento del presidente Trump de decidir quién será el próximo primer ministro de Gran Bretaña es una interferencia completamente inaceptable en nuestra democracia", escribió Corbyn en Twitter. "El próximo primer ministro debe ser elegido no por el presidente de Estados Unidos, ni por 100.000 miembros del Partido Conservador no representativos, sino por el pueblo británico en una elección general".

Donald Trump y la reina Isabel II en 2018.

Trump y sus dichos sobre Meghan Markle

En una entrevista con "The Sun" publicada el sábado, el entrevistador mencionó los comentarios de Markle en 2016 de que la política de Trump era misógina y divisoria. El presidente respondió que no estaba al tanto de que Markle fuera "desagradable".

En otra entrevista con "The Sunday Times", él también pareció dispuesto a suavizar la controversia: "Estoy seguro de que ella será excelente. Ella será muy buena".

Se prevé que Markle se pierda el banquete en el Palacio de Buckingham porque está de baja por maternidad, pero Trump tomará un té con su nuevo suegro, el príncipe Carlos, durante su visita.

No hubo una reacción inmediata del gobierno británico a las declaraciones de Trump. Pero los funcionarios han aprendido del presidente a esperar tales intervenciones flagrantes en la política británica.

Cuando estuvo en Londres el año pasado, el presidente detonó una gran controversia al criticar las políticas de May sobre el brexit en otra entrevista con "The Sun". Los comentarios llevaron a una rara disculpa a May por parte de Trump, quien parecía inusualmente disgustado por la entrevista.

También existe la sensación de que el presidente está jugando a teclear y el valor del impacto de sus comentarios tal vez no sea lo que fue durante los primeros años de su administración.

Declaraciones 'fascistas'

Trump no es el primer presidente de EE. UU. que interviene en el brexit. El comentario del presidente Barack Obama antes del referéndum de 2016 sobre que el brexit Britain iría "al final de la cola" con respecto a un acuerdo comercial con Estados Unidos fue criticado por opositores en Gran Bretaña y Estados Unidos. Pero fue un incidente aislado que palidece en comparación con las frecuentes intervenciones de Trump en la política británica.

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Los comentarios de Trump alimentarán lo que se espera sean intensas protestas en Londres durante su visita de tres días a Gran Bretaña.

El alcalde de Londres, Sadiq Khan, un crítico frecuente de Trump, dijo que la retórica utilizada habitualmente por el presidente era comparable a la de los "fascistas del siglo XX".

Khan escribió en una columna del periódico "The Observer" que era "poco británico desplegar la alfombra roja" para Trump, ya que su comportamiento "se enfrenta a los ideales en los que se fundó Estados Unidos: igualdad, libertad y libertad religiosa".

Pero Trump, que ama más que nada ser el centro de atención, no pudo captar los principales titulares en Gran Bretaña el domingo por la mañana.

Sus últimas erupciones fueron eclipsadas por la cobertura de la victoria del Liverpool sobre el Tottenham en una final de la Liga de Campeones de Europa cien por ciento inglesa.